La muerte presurosa no para de trabajar,
lleva a maestros y alumnos, difíciles de arrastrar;
y los padres muy contentos ya no se van a preocupar,
sin hijos, sin escuela, dos cosas menos para pensar.
Eran los tiempos aquellos
los días de la revolución
cuando la muerte se apareció
indecisa estaba pues no sabía
si llevarse a uno de la bola o ya de perdis
un pelón.
La calaca sentada se reía
porque de uno
Estaba Isabel sentada y aplastada
llegó la calavera y le dio una gran patada
de tanto que le dolió que hasta se inflamó
y se puso a llorar hasta que murió.
Estaba Ana Sentada en el balcón,
cuando apareció la huesuda
y le dijo vamos para el panteón
Ana asustada le dijo no quiero ir
y le dijo a la huesuda: vete de aquí.
Era en un panteón
la tumba se movía
era la parca que salía
me veía y yo que ni caso le hacía
Niños niños no se asusten
es la parca, no hace nada
esa flaca,
ya ni espanta