Maestros y alumnos

La muerte presurosa no para de trabajar,
lleva a maestros y alumnos, difíciles de arrastrar;
y los padres muy contentos ya no se van a preocupar,
sin hijos, sin escuela, dos cosas menos para pensar.

Para una contadora

Llegó a la coordinación
Una esbelta visitante
La cubre negro crespón
Y tiene un halo inquietante.

A la Bombis con voz amable
La invita a que rinda cuentas
Y al instante la contable
saca libros y libretas,
Facturas, comprobantes,
E

Al torero

Aquí yace un buen torero,
que murió de la aflicción
de ser mal banderillero,
silvado en cada función.

Ha muerto de un revolcón que recibió en la trasera,
y era tanta su tontera
que en el sepulcro ya estaba
y