Bienvenida

El que entre a la exposición
Y no lea las calaveras
Que se construya un cajón
Y que se muera de veras.

En estos días tan santos
Recordamos con aciertos
Que temer a los espantos
Es convivir con los muertos

La muerte ya va llegando
Con mucha calma a la ofrenda
Las criptas van colocando
Como quien abre su tienda

Su puesto está colocado
Las cajas son de cartón
El primer muerto formado
Que escoja el mejor rincón.

Las ofenden y maltratan
A calacas en noviembre
Por eso es que nos espantan
Desde enero hasta diciembre

La muerte va desfilando
Entre hileras de esqueletos
No quiere seguir penando
Entre vivos imperfectos.

Guillermo Romero Martínez.

Recepción

Pasen felices mortales
Que nos honran con su estancia
Les tenemos funerales
De tradicional fragancia

Alégrense de su vida
Mientras la estén disfrutando
Por que verán enseguida
Como se irán transformando

Sus cuerpecitos vivientes
En difuntos cachorreros
O calaveras sonrientes
Que ven con los agujeros

Se les pide a las visitas
Que miren la exposición
Antes que sean calaquitas
Y los manden al panteón

También que tengan cuidado
Por donde habrán de pasar
No sea que algún enterrado
Los quiera al panteón lleva

La entrada siempre es gratuita
En la salida se cobra
Dejen su calaverita
O el huesito que les sobra.

Guillermo Romero Martínez.

La calavera de Valle Hermoso

En un día tenebroso
la calaca se paseaba por Valle Hermoso…
y se decía a sí misma
ah que pueblo tan terregoso
ahora entiendo por que le dicen la ciudad de las tres mentiras…
por que no es ciudad, ni valle ni mucho menos hermoso…

Y dijo si alguien me tengo que llevar…
será al presidente municipal
se dirigió a la presidencia
y ahí espero con paciencia
hasta que el presidente salió
y de las orejas se lo llevó…

Ay que triste está Valle Hermoso
sin su honorable presidente
pero dicen que la calaca ahora está más sonriente…

La subdirectora

A la subdirectora
la muerte se la llevó
por ser tan enojona
al panteón la transportó.

La muerte ya se enfadó
y la subdirectora reprendió,
ahora tristes estamos
pues no la regresó.

La muerte la acababa de ver

Estaba Gabriela espantada,
no lo podía creer,
pues estaba encantada,
de que a la muerte la acababa de ver.

Se quedó convulsionada,
por lo que acababa de ver,
no le decían nada,
y ella no sabía qué hacer.

Chateando estaba la muerte

Chateando estaba la muerte
buscado a quien atrapar
ella se sentía con suerte
un chico empezó a contestar

¿Dónde te puedo encontrar?
Oscar te dices llamar
a mi casa te quiero invitar
para poder platicar

Es un placer encontrar
una dama para platicar
siempre podemos chatear
pero tu casa no he de pisar

Por las buenas no quisiste
por las malas vas a ir
tímido me saliste
y te vas a arrepentir.

Con la muerte me topé

Una mañana muy fría a la escuela yo llegué
y subiendo las escaleras al profe me encontré
oh sopresa me llevé cuando a la cara miré
y a la muerte visualicé
quién molesta me pregunté
entonces me asusté
y exaltada me quedé cuando al salón entré
y con la muerte me topé.