Calavera al CNTE

Se me viene algo a la mente,
Que estos maestros del CNTE,
A México, no van a ayudar,
Más bien lo van a estrangular,

Han dejado vacíos los salones,
No escriben en los pizarrones,
Dicen luchar por sus derechos,
Dejando niños burros, bien hechos,

Dicen no temer a la evaluación,
La harán con una gran condición,
Que ellos pongan la calificación,
Y del gobierno ninguna intromisión,

Por ello, han hecho su plantón,
Gritando que no habrá rendición,
Ellos preparan sus garnachas,
Haciendo ejercicio en las marchas,

No importa el tráfico desquiciado,
Ni si un comercio ha sido robado,
Mucho menos, si llegas con retardo,
O aventar al policía explosivo petardo,

Pero sucedió una hermosa mañana,
Que la Catrina con filosa guadaña,
Corto de tajo su enorme plantón,
Llevándose a la CNTE hasta el panteón.

Hierba al profe Alejandro

Alejandro dice ser poeta
Pero se fuma de alguna maceta
Si vas a su casa en Minerva
Ves el jardín lleno de hierba
Con cada cosa que dice
A la calaca se le hace un esguince
Solo ella sabe a que le entra
Porque en su plantaje se concentra

La huesuda y la maestra

La huesuda mucho se enojó
Pues la maestra Magdalena la reprobó
Y juró vengarse algún día
¡Oh pobre maestra mía!

Magdalena asustada no encontraba una salida
Y para despedirse de todos
Se metió en facebook a hacer una despedida
La huesuda a la maestra sin embargo, se llevó
Y a rastras en el panteón la dejó

La maestra mucho se preocupó
Pues a sus niños solos dejó
Pero a los niños no les importó
Que su maestra esté en el panteón
Pues hicieron un reventón
En el aula de computación

La maestra Magdalena estaba pensando
Que ella ahí estaría chateando con María
Y que a sus alumnos esperaría

Calavera a Nicolás Maduro

Llegó a caracas la muerte
Buscando al señor Maduro.
Ya también al presidente
Le había llegado su turno.

Anduvo paseando un rato,
La muerte en su parigüela
Y al no poder encontrarlo.
Se devolvió a Venezuela.

Ya en palacio de gobierno,
La muerte estaba contenta
Sabía que en cualquier momento,
Cumpliría su encomienda.

Revisando unos papeles,
Que en su escritorio encontró.
Esperó a que el presidente,
Le diera una explicación.

Al llegar a su oficina,
Maduro a la muerte vio.
Y le dijo a la catrina
¿Cómo fue que me encontró?

Sin decir media palabra,
La muerte se abalanzó;
Y el pobre de maduro
En el panteón terminó.

Por no cumplir sus promesas,
La muerte se lo llevó.
Busquen otro presidente
Que les gobierne mejor.

En caracas, Venezuela,
De luto todos están;
Pues la muerte en parigüela
se llevó a Don Nicolás.

Vuelen, vuelen palomitas
Díganle a Don Nicolás,
Que allá lo espera Hugo Chávez
Pa´enseñarle a gobernar.

Pobre Enrique

¡Hay te voy copetón!
Llegó la muerte gritando
Enrique exigía explicación
¡Si hasta te las estoy contando!

¡Hay que pena que en un velorio!
Que todo mundo estaba observando
Lo agarraste de dormitorio
Hasta estabas bostezando

Juan Yin Juan Yin ¿se te olvida?
Vergüenza nos diste a todos
Ahora ni con tu partida
Se olvidarán tus apodos

Ahora que a la “gaviota”
Se dice que la golpeas
Si le dejas un ala rota
Volar no creo que la veas

Y de tu hija ¿qué me comentas?
Que nos dice que somos “prole”
Más vale que no la metas
O te la harán guacamole

Y que si Jalapa es la capital de un estado
De la risa, ahora sí que chillo
Se me hace que ni has estudiado
O te educó la Gordillo

¿Qué Monterrey es Estado?
Ese sí que es disparate
¿Dime que te has tomado?
¡De esto!, ni quién te rescate

Todos los parroquianos
Y cualquier niño lo sabe
Que en México hay más mexicanos
¡Jajaja! Ahora sí, ya estuvo suave

¡Pero qué gran desliz!
Cuando hablaste en inglés
Se me hace que Miguel Luis
Ahora tu maestro es.

Te dije estudia el inglés
Apenas el año pasado
No le llegas ni a los pies
Al que está más atrasado

No sabes si eres precandidato
Ignoras porque se murió tu esposa
Por eso y de inmediato
Te vas directo a la fosa

Si buscabas la “salida para salir”
Ahora la has encontrado
Estas listo para partir
A pulso te lo has ganado

Ahí viene la muerte buscando
A “la señora de la casa”
No sé en qué estarías pensando
¿Hay chulis por dios que te pasa?

Por no saber ni el precio
Del kilo de la tortilla
La tilica te pega recio
Y hasta te quita la Silla

Esa, la silla del Águila
Que es la de los presidentes
Y mejor ni hablar de la biblia
Vayas a decir que es de Carlos Fuentes

Ya la muerte, feliz se lo lleva
Ya le cerró sus ojitos
Solamente que está a prueba
De que lo acepten los muertitos

¡Nos lo vamos a quedar!
Dijeron los que ya se murieron
Pero si empieza a desvariar
Lo regresamos, a los que lo eligieron

Espero que no lo regresen,
Pues NO lo queremos aquí
Y todos los Mexicanos recen
Para que no salga con que… ¡volví!

El Tratado

Nos olemos de antemano,
lo que les voy a contar,
porqué somos humanos,
aunque lo quiéramos ignorar.

No soy ágil pa´la hablada,
ni también muy bien trovado,
por eso digo de un principio,
pa´que estemos preparados…

Cuentan mucho los de antaño,
que había un hombre allá en Luvina,
que jalaba con el Pina…
Y se llevaba buenas chingas.

Era un hombre de palabra,
y de justo entendimiento,
Respetado en su casa,
lo contrario de Anacleto.

Pero un día en su labor,
se topó con una dama,
la que le ofrecío un pañuelo,
recargada de una rama.

Abrió la tela ese hombre,
y miró que tenía chingo e billete…
¡Ah qué cabrona la vida!
Que cabrona la suerte…

Volteó pa´ agradecer a la dama,
pero la dama ya no estaba.
Sólo un trato en letras rojas
que en el pañuelo versaba.

“Tendrás oro y tendrás plata,
a cambio de que en un año
aceptes mi cariño.
Juro darte poca lata…
Amor de ese que mata.”

Abrió los brazos al cielo,
y rapidito aceptó.
Y lo que era pañuelo,
Ahora cochino calzón.

Todo el oro de ese año
se lo gastó en atenderse,
por saberse enterado,
de su trato con la muerte.

La Huesuda en sus frecuentadas,
las hacía como doctor…
Se sabía por las risotadas,
por lo fácil de su labor.

Hasta que llegó el día,
en que dejó su disfraz La Parca,
dejando del buen hombre,
nomás la huella en la cama.

Con La Fría no se trata,
porqué sólo nos embriaga,
y La Blanca no dilata,
en llevarse cualquier alma.

Calavera, a la limeña y el hidrocálido

Octavio era un valedor,
con bendiciones alrededor,
sonrisas y alegrías tenía.
A La Huesuda no le temía.

Carla, chica de tierra lejana,
tierra hermana,
dónde bellas culturas se emanan…
Tampoco le temía a La Muerte.
A Octavio le haría ver su suerte.

Chico amable y afanoso.
chica ligera y hacendosa.
La Ingrata con sus luceros,
les preparaba florida fosa.

En tierras gringas se encontrarían.
Ambos pa´ las pizcas iban.
No más fréjoles ni frijoles probarían,
puras chis burgers y quentúchi deglutían.
Pero nada impediría,
que en lov falierían.

“!Ya basta de cursilerías…!
Que me vuelvo azúcar…
¡Ahora sí, me los voy a cargar!”
La Dama Fría, harta decía.

Carla y Octavio pasaron un rato,
brincándo un enorme charco,
y ni un dedo del pie mojado…
Pero La Catrina,
de muerte los enfermaría…

Ahora brincan en el camposanto,
dónde se está curado de espanto.
Nada de Lepanto.
La gozan canto tras canto.

¡Octavio con Carla!
¿Quién iba a creer?
¿Quién iba a pensar?
Que la calaca se los iba a agasajar…

Camioneros de Guadalajara

Molesta andaba la muerte.
Hasta el más allá se supo
que en este lugar del mundo
tenía unos muy buenos clientes
que mataban mucha gente.
Les llamaban ‘Los vacunos’.

Pensó: “¡Caramba, no es justo,
a éstos nadie los detiene!
Diario atropellan a algunos.
Es mejor que me los lleve.
¡Me llevaré a uno por uno,
pa’ que vean lo que se siente!”

Pero bueno… Finalmente
cumplir sus planes no pudo:
Los muertos están de luto,
pues mataron a la muerte.
No andaba en su día de suerte.
Cruzó la calle Insurgentes

y… ¡La atropelló un ‘Vacuno’!

El fin del mandatario

Llegó una muchacha de porte
en un autobús de renombre
en la central camionera del norte,
preguntado por un hombre.

Era la catrina preocupada
pues tenía una misión
a todos lados volteaba,
observando cada rincón.

A cada persona que pasaba
preguntaba con mucho interés,
-“me dijeron que aquí estaba”
enseñando una foto al revés.

De pronto le dijo una dama
-Dime a que se dedica.
Pues deja a todos sin lana
y puras burradas publica
inventa reformas vanas
e impuestos que sacrifican
a los maestros deja sin ganas
y la energía es para gente rica.

Díganme donde lo encuentro
pues voy a llevarlo a pasear
primero iremos al centro
pa’que vea las marchas cesar,
luego iremos a los Pinos
a los acuerdos autorizar
nos llevaremos los libros finos
pa’ que los lea en la eternidad.

Al oir toda esa información,
la enviaron en taxi directo
y por si dudan del copetón
se trataba de Peña Nieto.

Vine por ti bandolero
y considera hoy tu derrota
no te salvará el dinero…
Ni tampoco tu hermosa gaviota.

Calavera Insurgente

Del camposanto regresa
cabalgando con gran porte,
calaverita del monte
calavera palaciega.
De los llanos a la sierra
va la parca a recorrer
y en su viaje ha de traer
alguna nueva funesta,
que a la gente le molesta
y al país incita a arder.

Es tu visita oportuna,
al país revuelto encuentras
con reformas tan perplejas
pero sin ventaja alguna.
Vienes buscando fortuna
¡Oh! tú, impávida muerte,
el asunto esta candente
pa’ llevarte de inquilino
al que cuestione el destino
del espléndido regente.

Ante notario lo firma
prometiendo Peña Nieto:
un México en movimiento,
y el parlamento lo dicta:
“calidad educativa”
con reforma laboral,
la lucha magisterial
hace promesa cumplida
ungiendo sal en la herida:
¡insurgencia nacional!

Le sirvieron a la enjuta
Ingrid y Manuel de heraldos,
que pasen los desgraciados
de aquella, la huesuda astuta,
me refiero a la hijo’e put*
que quiso urdir a la gente
y resultó siendo orate;
Ariztegui la denunció
la red social la enjuició
y derrumbo su baluarte.

De la cárcel el problema
de sobrepoblación
le encuentran solución
liberando a la francesa,
y a Salinas en la mesa
le devuelven su dinero,
también Caro Quintero
su venia le van a dar
pero Alberto Patistan
se queda en el “agujero”.

En México “alrevesado”
el ser delincuente es sano
luchador es ser profano
un “indio patarrajado”.
Calavera me despido
de esta mi queja añeja
nos dejas por moraleja
por el PRI mas no votar,
no se vayan a enojar
recordándome a mi jefa.